miércoles, 22 de diciembre de 2010

Esclavo en eterna libertad

 

Le temés, yo lo sé.

¡No, no, Libertad, No!

Es omnipotencia

Ser esclavo eterno.

Le temés a la libertad, temés ser esclavo de ella. Es la única sensación que te brinda omnipotencia sobre vos mismo, dueño de tu cuerpo, tus sonrisas y tus miradas.

Libre. Libre de cantar hasta que tus pulmones estallen, de respirar los perfumes más extraños, tocar las hojas más altas de las copas arbóreas, beber el brebaje más venenoso, degustar la comida más exótica, oír hasta los imperceptibles decibeles, mirar el sol bajar en el horizonte, caminar las calles de algún pueblo fantasma, abrir las puertas que quieras investigar, amar a todas las personas que conozcas y amar a magnitudes extrasensoriales, soñar la realidad, vivir el sueño.

Temés el poder de decisión.

Irresponsable, inmaduro, insensible, hipócrita, mediocre.

Siempre serás esclavo en eterna libertad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario